viernes, 24 de septiembre de 2010

Dilemas en la Historia del Presente


A propósito de que hace un par de años me tocó participar del complicado trance de una crisis universitaria es que estuve reflexionando sobre el dilema de la historia reciente, algo de eso pudimos hablar muy ligeramente en un encuentro de historia este año sobre lo problemático que resulta ejercer historiográficamente cuando la historia esta ocurriendo en el presente y lo cierto es que existen algunas situaciones que lo convierten en un fenómeno sui generis.
A saber el hecho de que muchos de los actores directos e indirectos están vivos hace que muchas sensibilidades estén a flor de piel. Incluso en el caso de que haya asado una generación, las sensibilidades se heredan culturalmente y también resulta complejo de tratar. En lo personalmente soy de los que creo que este dilema debe ser enfrentados más allá de lo incomodo de las sensibilidades en juego, no debiese haber mayores problemas siempre y cuando los procedimientos metodológicos y las herramientas teóricas sean adecuadas y pertinentes.
Sin embargo aunque muy interesante como tema este post más bien trata de una situación personal que me hace pensar en los dilemas antes mencionados.
No daré detalles pero si explicaré algo del contexto para que se entienda un poco lo que planteo, hace un par de años atrás tuve un rol activo en el trance de una crisis universitaria, como dirigente estudiantil, fue una situación muy crítica en la que toda una comunidad universitaria sufrió económica y emocionalmente la crisis de la universidad y lamentablemente los culpables se as llevaron pela`.
He aterrizado en el tema de la historia reciente puesto durante la crisis, quienes participamos en uno y otro rol estábamos ocupados y preocupados en nuestros menesteres específicos, participando de una situación real a la que sólo tuvimos acceso una cantidad reducida de personas que tuvimos participación, mientras tanto la prensa sin mayor seriedad y por otra parte los rumores de quienes tenían una participación de mayor lejanía en las orbitas más recónditas del sistema crisis, iban tejiendo una versión definitiva, una versión oficializada por los medios……… entonces la realidad, es decir el devenir real de los acontecimientos quedó relegado a la memoria intersubjetiva de un conjunto de personas mientras tanto una versión irreal, algo fantasiosa y por cierto tendenciosa fue esparcida por los medios, por periodistas incapaces y alimentadas por los rumores ligero de cuanto autor de falsedades instantáneas quisiese participar del fogón de mentiras. Finalmente la verdad de todo eso ha quedado sepultada entre titulares estúpidos, comunicados de prensa mal redactados, rumores y fotografías…….. algo que paso hace tan poco tiempo ya es un recuerdo desformado, una mutación de lo que ocurrió. Ahora entiendo que esto se debe en parte a que el hecho en cuestión no fue un fenómeno de importancia macro comunicacional sino que algo de interés específico para un cierto grupo de interesados y algo más de opinión pública por lo que ninguna observación séria fijó sus focos en dichos acontecimientos, y es cierto pero no menos cierto es que ilustra muy bien el problema de la historia del presente desde una problemática científica.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Saturado por el Bicentenario

Definitivamente Chile lo sobresatura todo, este año ya fue lo mismo con el mundial y la roja, los ineros atrapados y ahora el bicentenario............. bicentenario por todas partes y está bien celebrar el problema es que todo parece una espectacularidad vacía en la que se resalta la "importancia de cumplir 200 años" y todo parece transformarse en ofertas a crédito......... la coyuntura actual y nuestra cultura nacional encuentra al consumo como la nueva forma de participación reemplazando a la ciudadanía y el bicentenario termina transformandose en una mega oferta de consumo. El bombardeo de los medios es implacable y no conoce la más mínima idea de la moderación, bicentenario por todas partes, bicentenario, bicentenario y más bicentenario. La verdad es que es demasiado aunque lo entiendo, no podría ser de otra forma en este país pero ya no lo soporto sólo espero que todo este ataque de los sentidos en esta cacofonía sin sentido se diluya.
De esta forma podemos vemos la absurda y ridicula bandera gigante de la alameda en Santiago, una monumentailidad sin proporciones que busca la espectacularidad por la espectacularidad.
Hoy participe en un foro y algo de esto pude exprear ahí, en esa oportunidad dije que de verdad que no me gusta la posición del intelectual que todo lo ve gris, de verdad no me gusta sin embargo algo de eso hago ahora simpemente porque tanta banalidad y ostentación me saturaron en este segundo centenario.