En esta tribuna de lo
cotidianamente complejo nos hemos provisto de una sección ara reflexionar sobre
temporalidades y espacialidades. En ese sentido hoy queremos rescatar un
clásico de la antropología, Evans-Pritchard y su trabajo “Los Nuer”. En dicho
trabajo, el autor entre otras dimensiones de la vida social del pueblo Nuer de
Sudán, destaca la interdependencia entre lo ecológico y lo social, marco enn el
que inserta su análisis del tiempo y el espacio Nuer.
El tiempo y el espacio
son los temas sobre los que Evans-Pritchard reflexiona en el capítulo 3, en el autor
realizó un trabajo pionero en cuanto a la desnaturalización de las categorías
de tiempo y espacio. Debemos considerar
que en el momento de su trabajo de campo (durante los años treinta del siglo
pasado) y al momento de su primera publicación (1940), nuestras preconcepciones
del tiempo y espacio eran consideradas en las ciencias sociales occidentales
como categorías a dadas, como dimensiones disociadas, tan característica de
nuestras culturas en nuestro mundo occidental y acentuado por la modernidad
como proceso histórico y cultural.
Al respecto la influencia
cultural que ha tenido en nuestra visión de tiempo una creación cultural como
lo es el reloj de pulsera como objeto tecnológico contribuyo a separar, al
tiempo del lugar a diferencia de la calendarización espacio referida, aún
relevante hasta la aparición de dicha tecnología.
La idea de que el
tiempo es algo independiente, cosificado, objetivado y medible ha determinado
nuestra moderna y occidental perspectiva del tiempo lo que ayuda a que nuestras
formas de observar hacia otros mundos de alteridad cultural se nos dificulte,
especialmente en la comprensión de la integración del tiempo en dichos mundos.
Nuestro paradigma cronológico nos empuja a pensar que el tiempo es el mismo
para todos y en todas partes en relación a nuestra propia perspectiva del
tiempo.
Como reflexión
introductoria podemos recordar a Norbert Elías y su filosofía del tiempo cuando planteaba que el
tiempo no es un dato objetivo (como la naturalización de su noción en la
cotidianidad podría hacer pensar), éste no es un hecho existente externamente
(objetivable) o incluso tampoco (asegura) es subjetivo sino que es un dato
social, es decir es una forma aprendida y transmitida en la interacción social,
con esto quería superar la dicotomía objeto/sujeto, la salida a dicha
disyuntiva dicotómica está dada en relación a que el tiempo es parte de todo
nuestro acervo aprendido, es por tanto un dato de construcción social y
cultural en el transcurso del devenir. (Elias 1989:14-15).
Volvemos ahora a Evans-Pritchard,
precisamente las concepciones temporales y su perspectiva del tiempo y su
relación al espacio concentra el interés de ésta sección.
Sobre éste fenómeno
observamos de su lectura que tiempo y espacio tal y como lo pensamos nosotros
(como ya lo señalamos en párrafos anteriores) no operan en las categorías de
los Nuer. Éstos, lejos de nuestra separación y nuestras categorías dicotómicas,
presentan una relación integrada en la que tiempo, espacio y comunidad se
entrelazan de una forma muy distinta a la nuestra.
El Lugar y el Tiempo
tienen una relación relevante al menos para una de las formas en las que los
Nuer “viven su tiempo”, sobre este respecto Evans-Pritchard destaca dos formas distintas en las que puede
interpretar el tiempo Nuer, por una parte el tiempo ecológico y por otra el tiempo
estructural.
Respecto del primero es
donde las relaciones ecológico estacionales imprimen una mayor influencia sin
embargo dista mucho de nuestra clasificación estacional solar. El tiempo
ecológico representan un ciclo anual dando lugar a un ciclo completo de
lluvias, sequía, siembras, cosechas, migraciones, su comportamiento es por
tanto repetitivo por tanto hablamos de un tiempo que se repite en patrones
cortos de un año, de ésta forma un nativo puede ubicarse con mayor certeza en
un ciclo de tiempo ecológico.
El tiempo ecológico
expresa importantemente las relaciones con el entorno y sus ciclos naturales,
esto expresado en sus actividades “económicas” culturales, cada actividad se
ubica en el ciclo en función del comportamiento natural de la tierra, la subida
de los ríos, las lluvias, el decaimiento de las lluvias, la migración de aves y
animales… a cada uno de estos fenómenos le corresponde una actividad en
particular por ejemplo: el año tendrá una división gruesa entre la mitad húmeda
y la mitad seca, la primera tot que
corresponde al proceso de alza de las lluvias mientras que mai corresponde a la mitad en la que las lluvias comienzan a
decaer, entre una y otra lo Nuer se mueven para escapar de las inundaciones por
lo que preparan campamentos y mueven su ganado de manera que dichas actividades
representan una forma de marcar el tiempo en su perspectiva de manera que su
concepción del tiempo tiene menos que ver con los meses, ni siquiera con las
estaciones sino que con las actividades que ellas implican.
Tot y mai son una serie
de actividades que se presagian mutuamente y ordenan el tiempo para los Nuer,
actividades en las aldeas y actividades en los campamentos.
En una clasificación
estacional algo más fina los Nuer identifican dos estaciones más como son rwill
y jiom, la primera marca el “traslado” del campamento a la aldea y de otras
actividades como la siembra y es considerada dentro de la mitad tot sin embargo
tot es el periodo en que pasan en la aldea.
Por su parte jiom
representa el periodo de construcciones de los primeros campamentos y se
considera parte de la mitad mai en el año nuer.
Como muy bien destaca
el autor tot y mai “no representan
unidades puramente temporales, sino que significan el conjunto de actividades
sociales características del momento cúlmine de la temporada seca y de las
lluvias” (Evans-Pritchard 1977:116), éste hecho es relevante para apreciar
la particularidad de su perspectiva en relación a la nuestra que busca definir
unidades medibles y exactas en contraste sus “medidas” son flexibles y
relacionan un ciclo de actividades a un ciclo conceptual, ambos son
interdependientes en función y significado.
Lo anterior explica que
los nuer no usen los nombres de los meses sino refieren a las actividades que
corresponden a dichos periodos en función del ciclo ecológico en particular.
Por otra parte nos hay
conectores entre día/noche y los meses como indicadores de cuando se produjo un
determinado hecho, para esos efectos se cuentan la cantidad de reposos y de
soles, cuando quieren mayor precisión hacen referencia a los ciclos de la luna.
El curso del sol en el
día tampoco entrega precisión horaria sino nuevamente las actividades diarias
enmarcadas en el ciclo diario de actividad.
Respecto a sus
actividades éstas tienen un comportamiento dinámico durante el año por lo que
algunas estaciones son mucho más intensas que otras por lo que el tiempo no
tiene el mismo valor durante todo el ciclo, se va más rápido durante que en la
temporada lluviosa que en la temporada seca debido a la cantidad y las
cualidades de sus actividades, debido a que el tiempo es más un sistema de
relaciones entre los grupos humanos y sus actividades, es un tiempo relacional.
Respecto de la
flexibilidad en el ordenamiento del tiempo nuer nuestro autor comenta “los acontecimientos siguen un orden lógico,
pero no hay sistema abstracto que los controle, al no haber puntos de
referencia autónomos a los que tengan que adaptarse con precisión. Los nuer son
afortunados” (Ibid:120) los nuer son libres de las amarras métricas del
tiempo que si tenemos nosotros.
El sistema nuer para
vivir el tiempo es un orden conceptual
de cambios ecológicos relacionados en relevancia variable a las
distintas actividades de los nativos.
También hay una
conceptualización distinta del tiempo que ya no hace referencia a los vínculos
ecológicos y dan cuenta de las relaciones sociales entre los nuer en mutua
interrelación. Es a este tipo de tiempo al que nuestro autor denomina tiempo
estructural, esta forma de comprender el
tiempo trasciende el ciclo anual y acompaña la organización social y el curso
de la vida entre los nuer por lo que es la forma de ordenar el tiempo en la que
cada grupo de relaciones sociales tendrá referentes propios en relación al
tiempo dando como resultado una expresión relativa a las configuraciones
sociales de referentes. En este punto es interesante reflexionar sobre los
márgenes del tiempo histórico en los nuer, los que dan un horizonte de
aproximadamente cincuenta años diluyéndose en la nebulosidad del tiempo mítico,
esto ya que trascendido el horizonte histórico los acontecimientos entran a
organizarse dentro del eterno plano mítico.
Es relevante destacar
que la distancia entre acontecimientos no era leída en términos temporales sino
por las distancias entre los grupos humanos en los que se llama “distancia
estructural” de esta manera los acontecimientos pueden tener una ubicación
“fija” en el sistema de relaciones sociales sin embargo su posición en el
tiempo (cronológico) no es exacta (Ibid:125) por lo que acontecimientos quedan
ligados a sus relaciones sociales por lo que el tiempo estructural no puede
entenderse sino hasta entender la distancia estructural, la que puede ser de
distintos tipos o categorías.
En tanto lo
socioespacial también se dan particularidades llamativas por ejemplo la
cercanía de una aldea a otra no es necesariamente determinada por la distancia
objetiva entre ellas sino relativa a elementos socales o climático ecológicos
por lo que cercanía o lejanía responde a elementos no exactos a diferencia de
nuestra perspectiva occidental.
Por otra parte sus
concepciones regionales o territoriales so
también relacionales, sus aldeas y campamentos se organizan en pequeños
grupos incorporados a conjuntos mayores que componen “secciones”.
Una tribu por su parte
es el grupo que exige la lealtad de las aldeas y convoca a la unidad para
enfrentar la guerra, los nuer realizan la guerra en contra de los dinka y en
ocasiones entre otras tribus nuer aunque las guerras entre los nuer poseían
ciertas convenciones militares. Este último hecho da cuenta de una situación
que expresa una serie de convenciones reparatorias entre miembros de una tribu
(los nuer) pero no entre tribus distintas (Ibid p-138) aunque como señala en
párrafos posteriores esto da cuenta de las normas no necesariamente de su
cumplimiento además de señalar que la vendetta es “una institución en la
organización social”.
En términos políticos
se destaca en el texto que los nuer no poseen una organización centralizada por tanto las organizaciones son
descentralizadas y no unitarias, los sistemas de alianzas políticas se
organizan en función de la oposición a los dinkas
y otros grupos externos. No obstante su descentralización política los nuer se
consideran a si mismos una unidad cultural (Ibid:140a), se reconocen
culturalmente como un “nosotros”.
En éste tópico me
resulta muy interesante como los nuer a propósito de lo planteado en el párrafo
anterior construyen su alteridad, al respecto rescatamos lo planteado por el
autor “su sentimiento de superioridad y el desprecio que muestra hacia todos
los extranjeros y su disposición para luchar contra ellos constituyen vínculos
de comunión” (Ibid:140b) si ponemos atención en el fragmento rescatado hay
varios elementos que llaman la atención y que dan luces de la construcción
dinámica de la alteridad en la cultura
nuer, en ese sentido el “sentimiento de
superioridad” da cuenta de la identificación de un “nosotros” o los nuer
mientras que dicha superioridad sitúa en una posición de inferioridad a un(os)
“otro(s)” que pueden ser los dinkas u
otros pueblos no nuer fuera de sus confines lugarizados así mismo el “desprecio que muestra hacia todos los
extranjeros” da cuenta de esa disposición hostil a los extraños. Por otra
parte “la disposición para luchar contra ellos
constituyen vínculos de comunión” nos habla de la guerra, actividad que
requiere de la adhesión de parte de la población con fines bélicos dando cuenta
de una disposición a fundirse en un sentimiento de unidad como motivador de la
actividad bélica, lo que especulo puede estar vinculado a la unión en sus
tradiciones y sus pasado mítico común.
Esto nos da la entada
para reflexionar sobre la política nuevamente, a este respecto y siguiendo (y
simultáneamente interpretando) las reflexiones de Evans-Pritchard la política
es también relacional debido a que sus estructuras políticas “solo pueden entenderse en relación a sus
vecinos” (Ibid:142) y ellos forman parte de una misma unidad política
siempre relacional que se diferencia de la estructura dinka y entre quienes existe una relación de hostilidad que se
extiende hacia lo “inmemorial”. En relación a esto último es interesante
destacar que el mito, no sólo justifica sus comportamiento social en la
alteridad sino que además los define, esto sería válido según el autor tanto
para los nuer como para los dinka en relación al mismo mito por tanto la
alteridad y su alter dimensión de mismidad están relacionadas al mito común en
el que los dinka quedan definidos
como ladrones y los nuer como guerreros, si observamos éste detalle lo podemos
relacionar a lo planteado en párrafos anteriores. Pero más allá del rol es
relevante reflexionar en que el proceso de construcción mítica de la alteridad
produjo un nosotros (los nuer) y “otro relevante” (los dinka), por tanto habría
entre éstos una relación compleja lo que ayuda a explicar que los nuer
considerasen a los jaang (la
categoría extranjera a la que pertenecen los dinka) como más cercanos que otros
extranjeros (Ibid:147), es una reflexión hipotética personal y lo hago
explícito.
En relación a sus
actividades bélicas éstas también pueden relacionarse con las estaciones del
año, se menciona la etapa de fin de la lluvias como la favorita para
incursionar contra los dinkas. También se aporta la hipótesis de que las migraciones
nuer han derivado de sus incursiones bélicas (Ibid:145).
En relación a los
retornos de las incursiones bélicas, el botín era redistribuido de forma
igualitaria entre los integrantes de la comunidad precedido de una seria de
rituales y ceremonias de complejidad.
De esta forma hemos
querido transitar por distintos momentos del capítulo reseñado rescatando
elementos de orden teórico enfocados principalmente a conocer la concepción
espacio temporal de los nuer, en que forma difieren de las nuestras pero más
relevantemente en destacar lo que a nuestro criterio y según la lectura
realizada al texto de Evans-Pritchard constituyen rasgos distintivos de su
cultura y cosmogonía.
Quisimos aunque con
menos detenimiento relacionar distintos elementos conceptuales sobre la
alteridad y los procesos que según observamos en el texto podían estar
involucrados en su configuración.
No obstante nuestra
reseña estuvo dirigida por tanto reconocemos que realizamos una selección de
elementos sobre las que concentramos nuestra revisión dejando por cierto otros
fuera como resultado del direccionamiento escogido para nuestra reseña.
Biibliografía
Evans-Pritchard.
“Los Nuer”. (Cap. 3: “El
Tiempo y el Espacio) Anagrama.
1977
Barcelona.
Elias Norbert. Sobre el Tiempo. Fondo de Cultura Económica
1989 México.