jueves, 22 de mayo de 2014

Los castores Invasores: lenguaje, nacionalismo y ecología política


Acababa de llegar a casa, este 21 de mayo,  en teletrece, el noticiario central del canal 13 en Chile estaban emitiendo un “reportaje”, al parecer llevada ya algunos minutos de iniciado al momento en que comencé a verlo. El título, que figuraba en la parte superior de la pantalla me llamó la atención y me quedé viéndolo intentando desentrañar y como decimos por acá “cachar de que se trataba” , pues el título era ciertamente intrigante.
“El Peligro que viene del Sur”, rezaba el titular del reportaje.. me preguntaba ¿Qué es el peligro que viene del sur?, algo de esta sensibilidad apocalíptica, tan escatológica y corriente en la modernidad tardía parecía anunciarme alguna ironía, alguna exageración.
El título, en mi lectura expectante, parecía tener sus raíces literarias en la literatura de H.P Lovecraft, rememorando cual deja vú la habilidad del autor norteamericano de jugar con las sensaciones de incertidumbre y sobre todo de miedo.
El periodista a cargo del reportaje, cual perito que encuentra la prueba criminal y que desentraña importantes secretos nos mostraba a todos los televidentes sobre el peligro que viene desde el sur, el “temible” castor canadiense. Imágenes de la especie en cuestión mostraban su adorable peligro. Ciertamente, como mostraba el reportaje, en el sur del mundo, algunos estancieros rurales y turísticos se veían afectados por el actuar del temido castor, lo que me parece comprensible y respetable en su posición, entendiendo y conociendo además los llamados "efectos" del castor en sus entornos y las molestias que le significan a quienes conviven con ellos y quienes el reportaje daba voz. No obstante lo anterior, el reportaje en cuestión era excelente material en otras dimensones pues, a pesar de lo ridículo que por momentos parecía el texto y su tono apocalíptico, desde el lenguaje utilizado se podían poner en juego varias cuestiones, partiendo de la incombustible discusión cultura-naturaleza, el nacionalismo, la ecología y el sistema mundial.
Alcance a disparar mi libreta de campo y rescatar un par de registros, sobre ellos versan las siguientes reflexiones.  La tesis de este escrito es que el lenguaje utilizado expresa y proyecta imaginarios sociales de tipo cultural y político sobre el caso de los castores, así estos adquieren en la narrativa una cualidad invasora, y ante la que se opone una resistencia de tipo nacionalista. Todo aquello cruzado por nuevos clivajes medioambientales en los que los castores aparecen como culpables de una destrucción ambiental, destrucción que por otra parte, y en relación a muchas de las encarnaciones capitalistas en el país, medios como aquel noticiario dicen poco o nada, es entonces desde aquella ausencia en la narrativa, que al finalizar termino el texto interrogandolo desde una ecología política.
Nacionalismo y Sistema Mundial
“el enemigo es canadiense y desde hace décadas parece haber decidido hacer suya la Patagonia”, fue la primera de las frases que llamaron mi atención, en ella el periodista tal vez sin querer, introducía la cuestión de la nación y el lenguaje de la invasión. El enemigo, decía, es canadiense y parecía haber "decidido" tomar la Patagonia, en este punto cabría preguntarse si pese a la denominación de la especie como “canadiense” (por cierto introducida artificialmente como constata el mismo reportaje) correspondería asignarle “nacionalidad” al “enemigo”, enemigo por lo demás culpable según el guión, de un plan de conquista. Ya desde el comienzo el lenguaje y sus signos, construye un discurso haciendo un mix entre sentido común, zoología y nacionalismo, se anunciaba así, que se contaría la historia desde la narrativa de la invasión y la resistencia nacionalista. Muy interesante me pareció aquello, lo de la proyección de imaginarios sociales sobre un animal como el castor, sobre todo la proyección de la narrativa nacionalista y su lenguaje algo fuera de usos, en un ejercicio de nacionalismo pan-especie.
Era necesario como dicta la historicidad, conocer algo sobre el devenir y la génesis del problema, la cosa se seguía poniendo interesante a cada segundo.  El origen del peligro que viene del sur (según nos instruía el reportaje) habría estado originado por la importación de un grupo de castores por un empresario argentino cerca de la mitad del siglo XX, su finalidad, un emprendimiento que finalmente fracasaría pero que finalmente legaría la "plaga".
Muy llamativo en este punto del relato son los elementos de la mundialización y el mercado, pues el mercado mundial y el espíritu emprendedor dejarían como legado la intrusión de una especie foránea en ecologías extrañas, así, es el capitalismo el que traslada a esta especie desde el hemisferio norte, cuestión que me parece un detalle relevante y que pasó totalmente inadvertido en el reportaje. Lo interesante es que este detalle permite metaforizar en un sentido crítico, que por una parte puede ser contrastado con la retórica nacionalista utilizada en el reportaje y por otra permite a la vez comprender la génesis artificial de un problema que afecta a la “naturaleza” y a la "sociedad" de forma "natural". Esta cuestión facilitaanálisis observar –como planteara Ulrich Beck (2006)[1]-que en la modernidad tardío, naturaleza y sociedad están civilizatoriamente integrados.
Volviendo sobre la historia de los castores por tierras patagónicas, el reportero nos dice que estos  inician “en el lago Fañano, por decreto del gobierno argentino por 35 años se prohibió su casa” “esto les permitió alcanzar un tamaño poblacional importante y producir un impacto sobre los bosques que es muy muy evidente” , en este punto la cuestión suma otro ingrediente, las relaciones internacionales, en particular con el estado argentino el que es sindicado como responsable de este problema, la invasión. Prosigue el guión, “la Invasión, resta territorio a otras especies (entiéndase nativas) , la cuestión ambiguamente es un problema nacional y ambiental.
Así como los fueguinos humanos, al confundir y proyectar nuestras ideas de nacionalidad, otras especies también sufren de la invasión de los enemigos, así uno de los entrevistados destaca- respecto de las otras especies animales- que “todos estos animales podrían eventualmente ver reducido su hábitat disponible”, subrayo lo de eventualmente pues indica que los invasores son “eventualmente” culpables en la medida de que hay una culpabilidad condicional a la vez que se traslada la contienda nacional sutilmente al reino animal.
Ecología Política de los castores Invasores
Hay un momento bien interesante, el momento in situ, un clásico de clásicos en el género. En este punto vuelvo a las propias palabras del reportero pues es acá finalmente donde estas reflexiones en parte jocosas hacen una inflexión desde el lenguaje hacia la problematización de una ecología política, de esta forma, el reportero parado en la pared de uno de los diques y como quien coteja un Pullitzer, relata en modo serio:  “hemos llegado hasta este lugar para mostrar in situ el efecto del castor en la naturaleza, a mi espalda debería correr un río, pero un castor lo ha represado por completo dejando acumulada el agua e impidiendo su paso”, ante tal demostración de conciencia ambiental me pregunto, si consideramos el lenguaje nacionalista, de defensa de la soberanía nacional y de protección de los “recursos” en los que los castores canadienses funcionan como los invasores destructores de la naturaleza, hubiésemos visto una preocupación anteriormente en aquel noticiero verbalización análoga ante la desaparición de bastantes ríos (incluido el río Copiapó) debido a la acción destructora de otros invasores, por ejemplo grandes mineras, agroindustrias entre otros tipos de emprendimientos, la verdad es que almenos a mi no me ha tocado ver algo así en dicho noticiario. 

Otro entrevistado indicaba que más allá de la tala de árboles centenarios “el problema es que hacen diques, cambian el curso de los ríos y dejan sectores muy amplios bajo el agua”, me quiero detener nuevamente pero con los mismos motivos que en el párrafo anterior, en esta narrativa el entrevistado indica como “el problema” la inundación de amplios sectores por la acción de los diques de los castores. Entendiendo en este punto la preocupación y disgusto del entrevistado y su situación me llama la atención es el lugar dado en el contexto de la arquitectura textual del reportaje al hecho de lo problemático de la inundación de “amplios sectores”. Vuelvo a preguntarme ¿y que decían estos noticieros sobre las mega-inundaciones producidas por los proyectos hidroeléctricos y sus múltiples consecuencias, tanto de las netamente ecológicas derivadas de las inundaciones como las sociales cuando pensamos en la acumulación por desposesión (Harvey 2004)[2] que ha afectado a muchas comunidades tanto indígenas como rurales en el sur e incluso en la Patagonia?, me pregunto si en estos noticieros utilizaban un lenguaje cargado de narrativas de resistencias ante el invasor como lo hacen con los castores, lo cierto es que si algo se ha dicho al respecto en estos espacios informativos sobre proyectos hidroeléctricos ha sido bastante más suave, hidroeléctricas han sido tratadas con guante blanco, los castores invasores en cambio, son candidatos atractivos para comer guaguas. Esta cuestión es relevante pues el tono y la forma del lenguaje muestran espacios bien dibujados en sus ausencias múltiples, uno puede interrogar aquello no dicho desde la deconstrucción y rescatar una que otra cuestión en términos que finalmente exceden los márgenes del texto y sus presencias explícitas
Se prende la resistencia.
“al igual que en el resto de la isla de Tierra del Fuego, en el Lago Deseado le han declarado la guerra al castor e intentan con todos los medios posibles evitar que continúe su reinado”.. remembranzas del iluminismo anti monárquico emergen ahora, la guerra al reinado del castor parece haber comenzado.
La resistencia nacional como no, iría a encarnar  por medio de la  extensión de la comunidad imaginada (Anderson 2011)[3] nacional hacia la animalidad de dos especies nativas, así, en las palabras del autor del reportaje una sorpresa les esperaba a los castores invasores,  “lo que no esperaba el castor es a alguien que se pusiera la camiseta por la defensa de la flora y fauna nacional, el muchas veces criticado Puma”, -antes de seguir no puedo evitar preguntar a la pasada: ¿tiene sentido “criticar” a los pumas?- … estos es tremendo material, “ponerse la camiseta” con la metáfora de los héroes y las gestas deportivas, representando la participación del renegado, otrora “criticado” puma en la defensa nacional ante el invasor.
Otro entrevistado, ahora del SAG agrega una guinda para la torta: “el puma ha asumido un rol patriótico y el zorro también, son nuestros aliados para combatir a la especie exótica”, todo esto con una banda sonora que acompañaba solemnemente cual Rambo nos defiende de los rusos en la guerra fría, la proyección de la defensa y resistencia ante el invasor se proyecta en pumas y zorros, la transposición de las narrativas políticas alcanza en este punto del reportaje su mejor momento. Con realismo de patriota, indican que la población de pumas es escasa y no pueden combatir a todos los castores con lo que la caza liberada de la especie y la utilización de trampas constituye el apoyo inter especie a la patriota gesta del puma.
Fin
Sin gran dificultad uno puede pensar en términos de una metáfora, aunque muy probablemente esa no haya sido la intención del autor del reportaje, la retórica es reiterativa y las palabras conjuran imaginarios de tipo nacionalista.
Por otra parte, la retórica también recupera en la forma de su narrativa mucho de la preocupación contemporánea por el medioambiente y el tema de los “recursos”. Ambos temas, lo nacionalista y los recursos naturales se mezclan en un texto en el que los castores son foco de muy serias críticas y acusaciones, invasión y destrucción ambiental son en este punto las medulares.
Como vimos, son culpables de haber desaparecido ríos, de haber inundado “amplios sectores”, tal  cual grandes emprendimientos mineros, grandes proyectos hidroeléctricos, Estos últimos, con  seguridad con mucho mayores efectos sociales y físicos en magnitud y cualidades que los producidos por los castores invasores, no obstante de estos nada se dice en horario prime, claro, a diferencia de aquellos, los castores no son grades lobbystas que instalan sus hombre en los directorios de los canales, tampoco pagan avisaje, no son un poder fáctico que puedan contrarrestar mediáticamente lo que de ellos se diga en noticiarios. Curiosamente, los castores son canadienses, tal como la Barrick Gold y sus proyectos mineros, depredadores de acuíferos, que secan ríos y destruyen glaciares, canadienses como los castores ¿Barrick no podría acaso ser considerado como un invasor destructor en términos más adecuados que los castores?.
En la narrativa del reportaje, los castores son los invasores y destructores, la retórica es dicotómica y en dicha bipolaridad no hay lugar para grises, los castores son enemigos, invasores y destructores voraces de los recursos naturales. Nada se dice de que han beneficiado la preservación y aumento de algunas especies de peces. Tampoco se dice de que la Lenga- el árbol nativo afectado por los castores- se regenere de sus tocones, nada de aquello pues todo es blanco o negro y con los castores  todo es presentado como negro y poco faltó para “abrir la temporada de castores”, Elmer Gruñon estaría de fiesta. 




[1]       Beck, Ulrich. 2006. “Teoría Política del Conocimiento en la Sociedad del Riesgo” en “La Sociedad del Riesgo. Hacia una Nueva Modernidad”, Barcelona: Paidós. Pp: 71-118

[2]      Harvey, David. 2004. El Nuevo Imperialismo, Madrid, Akal.

[3]    Anderson, Benedict. 2011. Comunidades Imaginadas. México: Fondo de Cultura Económica.

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