sábado, 2 de enero de 2010

La Tiranía del Postgrado un Efecto de Mercado en Chile


Me gusta estudiar, durante mi etapa de estudiante en la carrera de sociología trate siempre de rendir al máximo para sentirme satisfecho de mi desempeño con migo mismo, disfrute mi proceso de formación. Mis profesores siempre trataron de incentivarnos lo más posible para ser cada día mejores estudiantes y ser algún día excelentes profesionales. Nos adentrábamos en nuestra carrera y nos comparábamos a estudiantes de otras escuelas en las instancias comunes que nos daban los congresos nacionales de estudiantes y otras actividades similares y las comparaciones nos dejaban muy bien parados, tuve la fortuna de haber sido formado en una muy buena escuela de sociología la de la Universidad la República y digo la “fortuna” además de lo sólida de mi escuela ya que mi etapa de formación se completó en normalidad debido a que cuando comenzaron a sentirse los efectos de la crisis financiera de la ULARE yo ya estaba en cuarto año y no tenía ramos atrasados por lo que pude pasar a mi quinto año de investigación, grado y no vi interrumpido mi proceso de formación como si le ocurrió a compañeros que estaban en cursos de menores niveles o que tenían ramos atrasados que sintieron con mayor intensidad los efectos de dicha crisis.

En definitiva lo que quiero destacar es que siempre quisimos ser mejores estudiantes y sociólogos. Creímos en la calidad de nuestra formación, en el valor de nuestras herramientas profesionales pero el mercado laboral en alianza con el mercado de la educación superior (universidades y el mercado de la acreditación) han conspirado contra el esfuerzo y las competencias profesionales ¿de que forma? Se preguntaran algunos…. Con la tiranía del posgrado.

Cuando sales al mercado laboral y buscas ofertas de trabajo como profesional de las ciencias sociales (psicología, sociología y antropología entre otras) es muy habitual que los empleadores exijan post grados para recién postular, si no lo tienes tus posibilidades laborales disminuyen notoriamente, pero en este punto hay algo que no cuadra lo que no cuadra en esta situación es que en (casi) la totalidad de los casos en las descripciones del cargo los requerimientos de capacidades profesionales son perfectamente abordables con una buena formación de pregrado por lo que en términos de capacidades y competencias un profesional con título profesional y grado de licenciado esta en condiciones de ser competitivo con otro profesional con posgrado……. Pero las puertas se cierran……. El posgrado pasa a ser un requisito infranqueable.

Créanme me encanta estudiar lo haría toda la vida, me gustaría hacer un post grado pero hacerlo por profundizar los conocimientos, por conocer nuevas herramientas, pulir las capacidades y especializarse pero no por una imposición injusta y sin sentido. El post grado es parte de un circuito de mercado no es nada más que eso, es una imposición de la industria intelectual a nivel mundial que en la práctica puede ser examinado haciéndose simples preguntas: ¿Cuál es el impacto que el post grado ha tenido en la producción de conocimiento en nuestro país? Para responder esta pregunta debemos reparar en la proliferación de ofertas de post grado en nuestro país, la mayoría de las universidades de nuestro país tienen programas de post grados e incluso convenios con universidades internacionales de distinto pelaje. En estos días abundan los profesionales con magíster aprox 83% de la matrícula en postgrados y comienzan a ser cada día más frecuentes los “doctores” (con el restante porcentaje de la torta) pero de todos estos ¿Cuántos producen conocimientos? La verdad es que son contados con los dedos de una mano la mayoría accede a cargos directivos, algunas cátedras, buenos puestos en reparticiones públicas, puestos ejecutivos en el área privada pero jamás “producen” conocimiento, nunca ejercen su especialización investigativa. Entonces si no producen conocimientos que es el fundamento discursivo de los postgrados ¿para que sirven estos pergaminos? Las respuestas varían según sea el agente, para quien realiza un post grado la utilidad es que queda mejor posicionado ante los requerimientos formales del mercado del trabajo esto significa que tendrá mejores opciones de obtener un trabajo si compite con un profesional sin post grado, esa es para este agente su principal utilidad.

Para el mercado de la educación superior (universidades tradicionales y privadadas) significa una fuente de ingresos permanente (por cierto aún incipiente) y más jugosa que la del pregrado, triste pero cierto el post grado es uno de los negocios con mayor proyección para este “mercado”, además es el climax de la ganancia ya que se enfoca en un público objetivo distinto este es el de los profesionales, estos son un mercado más apetitoso puesto tienen trabajo y por lo tanto pagan su educación con casi marginales tasas de morosidad o no pago mientras que el estudiante tradicional presenta morosidad y estudia a crédito (porcentajes no despreciables).

¿Cómo se completa este cuadro? Para esto tenemos que develar la naturaleza del post grado en tanto producto de un mercado y este no es ni la especialización ni la profundización académica sino que simple y llana mente es el estatus, el mercado de la educación superior te vende estatus para tu currículum, esto considerando que es para eso que se consume el post grado como producto.

Uno podría pensar que el mundo privado y también el público caen en el juego del mercado de la educación superior chilena y que ingenuamente sucumben ante la idea de creer que el postgrado efectivamente califica mejor a un profesional en términos prácticos al momento de desempeñarse profesionalmente pero en realidad lo que buscan es en parte arroparse del estatus que entrega el postgrado como producto.

Pero hay algo más y esto se encuentra como lo planteaba al comienzo de este artículo en la alianza entre el mercado de la educación superior privada y el mercado laboral representado por el mundo privado y por el estado supeditado a este (se comprenden de este modo los proliferantes convenios de postgrado entre estos mundos y el mundo académico), como plantearía Robert Merton el postgrado incentivado por esta alianza tendría como función latente es decir como la función objetibables en consecuencias reales alimentar a su respectivo mercado (oferta, demanda y condiciones de mercado) y principalmente diminuir el precio de la mano de obra calificada profesionalmente generando un efecto domino sobre toda la estructura de calificación laboral de la sociedad contribuyendo a la precarización del empleo.

¿Cómo sucede esto? Muy simple si ahora el estándar de calificación profesional viene dado por e postgrado entonces esta calificación reemplaza a la clásica calificación profesional para efectos de precio de mano de obra de esta forma la tasación para la calificación profesional (que se ha incrementado en las últimas décadas) baja al siguiente nivel por lo tanto mucha de la mano de obra con calificación técnica (existen en este punto excepciones en función de la pertinencia oferta demanda real en algunas áreas de la economía) y la mano de obra con educación secundaria queda casi en el piso desterrando de la estructura de oportunidades a la mano de obra con educación media incompleta, básica y sin estudios traduciéndose en una precarización brutal del empleo y en una barrera de contención de la estructura de oportunidades imposible de pasar para importantes sectores de la población. En ese mismo sentido funcional a los dictámenes de la industria intelectual primer mundista (Banco Mundial, BID y universidades del primer mundo) fue el gobierno de Ricardo Lagos E, que con programas como Chile Califica bajo el discurso de dar mayores oportunidades en la completación de estudios subsidiada para adultos aumento drásticamente los indicadores de escolaridad en nuestro país pero no hubo correlato entre dicho aumento en las estadísticas y la calidad de la completación de estudios que se realizo y esto lo planteo con conocimiento de causa puesto en esos años dirigí proyectos de voluntariado educativo en el área de completación de estudios para adultos por lo que me toco ser “competencia” de chile califica y me correspondió recibir beneficiarios que desertaban de ese programa porque se les calificaba pero no se les entregaba conocimientos. En definitivamente dicho programa efectivamente graduó a mucha gente pero solo consiguió como consecuencia disminuir el precio de la mano de obra con cuarto medio.

Lo anterior no debe ser analizado aisladamente de lo descrito en los párrafos relativos al mercado de la educación superior y la tiranía del mercado, ambos son síntomas de un fenómeno complejo del capitalismo contemporáneo y su acentuada desregulación.

Con esto no quiero plantear que no creo que un postgrado sirva sino que en el contexo actual el postgrado es funcional a un mercado no a la generación de conocimientos.

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