He sido un individuo que ha crecido en un mundo que se derrumbaba, de una vida mental en esas condiciones sólo podía esperarse un intelecto en conflicto con la grandes verdades.......... esas grandes verdades nunca fueron ciertas y por eso las vi caer durante toda mi vida..................
Creci durantre la dictadura, el miedo era la sustancia de la vida social, el miedo era la forma de cohesión social, el miedo era la educación, el miedo negaba la posibilidad de ser libres, el miedo era la inyección por la que nos introdujeron a Dios.
Primero cayó la dicatdura y una nueva etapa vino, la demoracia del miedo, la libertad del miedo, la política del miedo......... nada era certero y mi generación se auto esculpió en una subjetividad en conflicto y sin arraigo a nada, de esa forma dejamos de creer en dios, negamos las ideologías de religión y de política, fuimos impermeables a los discursos falsos y no estuvimos ni ahí.
Vimo como un fragil perdedor se convertía en el martir del rock & roll y nos reflejamos en su derrota porque nada era cierto porque no había verdad......... pero era mejor ser quienes realmente eramos y no la forma, no el discurso de otras voces, unas voces mudas de la rabi de lo real, voces de Abel, no los gritos reales de un perdedor, de un estigmatizado caín.
No hay verdades eternas, no hay verdades reales todo se derrumbaba a medida de que despertabamos del adormecer del tibio miedo escolástico, del castigo al posible librepensador en potencia que había en un niño que apostó su alma al diablo jugando con una pelota, en las sombras de una noche mientras los soldados expandían el miedo en las tierras de Copiapó.
Creci durantre la dictadura, el miedo era la sustancia de la vida social, el miedo era la forma de cohesión social, el miedo era la educación, el miedo negaba la posibilidad de ser libres, el miedo era la inyección por la que nos introdujeron a Dios.
Primero cayó la dicatdura y una nueva etapa vino, la demoracia del miedo, la libertad del miedo, la política del miedo......... nada era certero y mi generación se auto esculpió en una subjetividad en conflicto y sin arraigo a nada, de esa forma dejamos de creer en dios, negamos las ideologías de religión y de política, fuimos impermeables a los discursos falsos y no estuvimos ni ahí.
Vimo como un fragil perdedor se convertía en el martir del rock & roll y nos reflejamos en su derrota porque nada era cierto porque no había verdad......... pero era mejor ser quienes realmente eramos y no la forma, no el discurso de otras voces, unas voces mudas de la rabi de lo real, voces de Abel, no los gritos reales de un perdedor, de un estigmatizado caín.
No hay verdades eternas, no hay verdades reales todo se derrumbaba a medida de que despertabamos del adormecer del tibio miedo escolástico, del castigo al posible librepensador en potencia que había en un niño que apostó su alma al diablo jugando con una pelota, en las sombras de una noche mientras los soldados expandían el miedo en las tierras de Copiapó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario