viernes, 19 de febrero de 2010

Educación v/s Aprendizaje. Filosofía de Poder Tras el Educar.


Dentro de lo poco que se reflexiona en torno a la educación, la filosofía del poder es una de las dimensiones más ignoradas dentro de este tema. Como toda actividad cultural humana la educación tiene en tanto práctica institucionalizada una innegable cualidad política y por extensión el poder la constituye.
Haré para el cotidiano fin analítico una distinción radical entre dos términos casi sinónimos pero que en mío planteamiento van claramente separados y sus cualidades de concepción del deber ser para el que están orientados parten de concepciones políticas y de integración del sujeto radicalmente distintas. Me refiero por una parte a la educación y por otra al aprendizaje.
La educación suele ser vista como un proceso integrado y que se representa y analiza en función del binomio enseñanza-aprendizaje incorporando y fagocitando el concepto de aprendizaje pero este a mi cotidiano criterio debe ser analizado en sus propias características.
Partamos con el término y el concepto de educación y la enseñanza, la educación es un proceso en el cual la sociedad a través de sus agentes, las escuelas y familias “educan” a los niños a través de un continuo histórico con la finalidad de prepararlos para ser seres útiles y bien integrados en un sentido si se quiere durkheiminano. Educar es siempre imponer una mirada externa al sujeto dada desde la institucionalización y que tiende a la estandarización en función de estratos y clases y sus consecuentes efectos de empleabilidad en la población. El hecho de que el educar sea un imponer es evidentemente un ejercicio de poder, es un ejercicio de coerción de disciplinamiento análogo a los planteamientos de Foucault. Las sociedades bien educadas y con sistemas de transmisión de contenidos funcionales a través de la historia han sido preponderantemente naciones con culturas autoritarias y estados fuertes, pensemos incluso en casos contemporáneos como los sistemas educativos del Irak de Sadam Husseim (condecorado por la UNESCO por los logros en educación) y la Cuba de Castro. En al educación el sujeto es objeto de una transmisión unilateral coercitiva, el sujeto es pasivo y además es “uno más” entre otros alumnos es otro producto en una cadena de instrucción funcional en serie. En la educación el sujeto es alumno que significa sin luz y el maestro es el iluminado que ilumina mediante la coerción. Por último la educación está más expuesta que el aprendizaje a fenómenos de enfrentamiento dialéctico entre las partes perjudicando la función manifiesta de la actividad.
Mientras que por otra parte el aprendizaje es un proceso que acompaña siempre a los individuos y los grupos sociales de una u otra forma tanto en procesos de orden institucional como espontáneos. Siempre existe aprendizaje y este se orienta siempre hacia procesos de prioridad contextualizados en función del entorno y la cultura así como también las subjetividades de los sujetos. En el aprendizaje el sujeto es activo organizando la información en función de sus necesidades e intereses, es desde el sujeto que se configura el aprendizaje donde no juegan los procesos institucionales coercitivos entonces el sujeto es actor de su propio proceso, el aprendizaje no es una coerción.
Pensemos en culturas con sistemas de integración fundados en relaciones cara a cara y sin estructuras institucionales coercitivas como ciertas culturas andinas y amazónicas que no poseen sistemas de transmisión de conocimientos funcionales coercitivos pero que manejan una gran cantidad de información aprehendida sin la cual sería imposible mantener la vida humana.
A través de la historia en el currículo educativo ha tenido debates que han tendido hacia a a uno u otro concepto de filosofía política de los analizados en esta columna pero que sin embargo rara vez es analizado críticamente.
En todo caso siempre coexisten expresiones de uno u otro en todo sistema educativo y esta columna no pretende ni aspira a tratado de educación y aprendizaje sólo desarrolla una discusión teórica de los espíritus de filosofía de poder subyacentes del fenómeno sociocultural llamado educación y allana el camino para una serie de preguntas que se desarrollaran más adelante en esta cotidiana tribuna.

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